DUNE, la mejor saga
Dune es el nombre de la primera novela de una saga de ciencia ficción que se compone de seis libros escritos por Frank Herbert entre 1965 y 1985. Se considera una de las obras más influyentes en el género de la ciencia ficción, y seguramente una de las mejores de todos los tiempos.
En el episodio de hoy os hablaremos de DUNE. Primero hablaremos de su autor, Frank Herbert, y sus influencias. Después, comentaremos la saga de Dune, sin spoilers, pero analizando las intenciones del autor y el trasfondo de la obra. Finalmente, hablaremos de la película clásica, la de David Lynch y haremos alguna comparación con las nuevas.
Frank Herbert y Dune
Nacido en 1920 en Tacoma, Washington, Frank Herbert demostró desde temprana edad su fascinación por la lectura y la fotografía. En 1939, ya trabajaba como periodista en un periódico en Salem, Oregon. Después de regresar de la Segunda Guerra Mundial, donde participó como fotógrafo y sufrió heridas. Herbert retomó sus estudios universitarios y, poco antes de los 50, conoció a su segunda esposa, Beverly Ann Stuart, en un curso de escritura creativa.
Su inmersión en el mundo de pensadores y escritores influyentes, como Freud, Heidegger, el budismo Zen y autores de ciencia ficción como H. G. Wells, Robert A. Heinlein, Poul Anderson o Jack Vance, dejó una marca significativa en su obra. Herbert publicó sus primeras historias de ciencia ficción en la década de 1950 en revistas Pulp y, en 1952, su primera novela seriada, “Buscando algo”, en Startling Stories.
En 1959, comenzó a trabajar en su obra más conocida, “Dune”, publicándola en dos partes en 1963 y 1965 en la revista Astounding, luego reescribiéndola para Chilton Book Company en 1966. A pesar de la crítica positiva y ganar premios, como el Nébula o el Hugo, que compartió con “Y llámame Conrad”, de Roger Zelazny, el éxito comercial no llegó hasta la década de los 70. Hasta entonces, Herbert compaginó su carrera de escritor con diversos campos, desde periodismo y consultoría política hasta dirección de fotografía en televisión y consultoría ecológica.
En los años 70, disfrutó de un éxito comercial continuo. Había publicado ya la primera trilogía de Dune: El mesías de Dune en 1969 e Hijos de Dune en 1976, y en 1981 lanzó la cuarta parte: Dios emperador de Dune. En estos años escribió otras novelas, y colaboró en diferentes proyectos literarios. Y también a finales de los 70 hizo una crítica muy positiva de La espada de Shannara, de Terry Brooks, lo que ayudó significativamente al autor a popularizar sus crónicas. Pero eso es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión.
En la década de 1980, su carrera alcanzó su punto álgido con la adaptación cinematográfica de “Dune” en 1984, el mismo año en que su esposa falleció. Herbert publicó “Herejes de Dune” en 1984 y “Casa Capitular” en 1985. Su fallecimiento ocurrió el 11 de febrero de 1986, pero la saga de “Dune” continuó con novelas escritas por su hijo Brian Herbert y Kevin J. Anderson, basadas en las notas dejadas por Frank antes de su muerte.
La Saga de Dune
Dune es una obra maestra de la ciencia ficción que presenta un universo complejo y fascinante. La trama sigue a Paul Atreides, heredero de la Casa Atreides, en su viaje desde su hogar en Caladan hasta el desértico planeta Arrakis. A medida que Paul se enfrenta a intrigas políticas, peligros en el desierto y revelaciones sorprendentes, la historia se desarrolla con una narrativa rica en detalles y personajes memorables.
La novela aborda temas como el poder, la religión y la ecología de manera profunda, y la habilidad de Herbert para crear mundos convincentes y complejas relaciones entre los personajes la convierte en una lectura cautivadora.
Es interesante el debate que podría abrirse aquí, y que ya exploramos en nuestro post sobre Star Trek, respecto a la diferencia entre Ciencia Ficción y Ciencia Fantástica.
La principal diferencia entre ciencia ficción y ciencia fantástica radica en la relación con la verosimilitud y la base científica. La ciencia ficción se basa en conceptos científicos plausibles o futuros posibles, explorando avances tecnológicos, fenómenos científicos y sus impactos en la sociedad. Por otro lado, la ciencia fantástica, aunque comparte elementos imaginativos, se aparta de la lógica científica y se sumerge en lo sobrenatural, lo mágico y lo irreal, aunque a veces intente una explicación científica a esto.
Blade Runner es un gran ejemplo de ciencia ficción y Star Wars es el ejemplo clásico de Ciencia fantástica.
“Dune” podría ser considerado como ciencia fantástica, como digo en el post de Star Trek, debido a la presencia prominente de elementos místicos, proféticos y culturales. La narrativa se sumerge en un entorno saturado de elementos mágicos, como la especia y los poderes mentales, aunque presenta avanzadas respuestas científicas para ello, en la eugenesia o en el control corporal en el caso de las Bene Gesserit, por ejemplo.
Dicho esto, no es menos cierto tiene una base sólida en conceptos científicos. Aunque la novela incorpora elementos místicos y culturales, la trama se centra en gran medida en cuestiones políticas y ecológicas, así como en el impacto de los avances tecnológicos. La especia melange, aunque posee propiedades místicas, también es abordada desde una perspectiva científica en relación con sus efectos en la conciencia. Herbert se esfuerza por proporcionar explicaciones plausibles para los fenómenos presentados en la historia, lo cual es característico de la ciencia ficción.
Desde luego las explicaciones son bastante mejores que los midiclorianos de Star Wars.
Además, está la cuestión de la intencionalidad de la obra. El autor pretende justamente dar que pensar en una religión y un misticismo totalmente futuristas y hasta cientifistas. “Dune” puede ser categorizada por tanto como ciencia ficción debido a su equilibrio entre elementos especulativos y fundamentos científicos.
En fin, ¿tú que piensas? ¡Deja tu comentario!
Intencionalidad e influencias
La realidad es que Frank Herbert, a través de su magistral obra exploró una amalgama de temas complejos como la filosofía, religión, psicología, política y ecología, trascendiendo los límites del género.
La compleja intencionalidad del autor es comparable a la de los grandes novelistas del Siglo XX. manifestándose en una base de seguidores, a veces fanáticos, que ven en Herbert una autoridad en los temas de sus libros, como puede ocurrir, por ejemplo, con Tolkien, salvando muchas de distancias de tiempo y de espacio.
“Dune”, está llena de capas, e imparte lecciones esenciales en diversos aspectos. Sus escritos abarcaron la compleja relación entre religión, política y poder, así como la exploración de la supervivencia humana y la evolución, personificadas en grupos como los Fremen o los Sardaukar.
En primer lugar, destaca la representación del poder fundamental de la naturaleza en el inhóspito planeta Arrakis, donde la escasez de agua se erige como un recurso valioso y fuente de influencia. La narrativa subraya la imperiosa necesidad de respetar y preservar nuestro entorno natural, enfatizando la importancia de vivir en armonía con la naturaleza.
Pionero en la popularización de ideas ecológicas y de pensamiento sistémico en la ciencia ficción, subrayó la necesidad de que los humanos piensen de manera sistemática y a largo plazo.
Además, “Dune” explora con profundidad la complejidad de la manipulación política y el ejercicio del poder. Las distintas casas nobles y facciones despliegan estrategias sin escrúpulos para asegurar su supervivencia y controlar el planeta, sirviendo como una advertencia cautelosa sobre la utilización del poder político para manipular a las masas en busca de beneficios personales.
Herbert abordó la tendencia humana a seguir líderes carismáticos, analizando tanto las virtudes como los defectos de la burocracia y el gobierno.
La obra también aborda el papel significativo de la religión y la fe en la sociedad de Dune, especialmente a través de la orden religiosa de las Bene Gesserit, que ejerce control sobre mente y cuerpo mediante la disciplina y la fe. Este elemento invita a una reflexión profunda sobre la función de la religión en nuestra propia sociedad y su capacidad de ser una fuerza tanto benéfica como perjudicial.
Presentó visiones variadas del potencial humano a través de personajes como los Mentats, la Bene Gesserit y la Bene Tleilax. Herbert también se adentró en la naturaleza de la cordura y la locura.
En conjunto, “Dune” proporciona un tapiz narrativo complejo y reflexivo que perdura más allá de las convenciones tradicionales de la ciencia ficción. Herbert, lejos de ofrecer respuestas categóricas, optó por permitir que sus lectores se sumerjan en la riqueza interpretativa y reflexiva de sus obras.
Dune en el cine
La primera tentativa de llevar la obra a la gran pantalla correspondió nada más ni nada menos que a Alejandro Jodorowsky, autor de obras maestras como El Incal, que llegó a escribir un guión. Moebius y Giger le ayudaron con la parte visual y el storyboard de la película inspiró claramente otras obras, como Star Wars, Alien o Contact, entre otras.
La idea es que participaran también artistas como Orson Welles o Salvador Dalí, con la banda sonora de Pink Floyd. Pero lamentablemente el proyecto no llegó a ver la luz. Hay un documental de Frank Pavich de 2013 donde se cuenta todo.
En el 76 Dino de Laurentiis compra los derechos y le ofrece la idea a Ridley Scott, que finalmente decide no abordar ante la cantidad de trabajo y complicaciones que preveía. Pero en los 80, Universal se encarga de la producción y David Lynch acepta el proyecto.
Con un elenco decente, en el que estaba incluido el bajista Sting y una banda sonora realizada principalmente por Toto, aunque el tema principal es de Brian Eno, la película pasó sin pena ni gloria por la taquilla y con críticas mediocres en Estados Unidos. Sin embargo, el tiempo le fue haciendo más justicia y ahora se considera un clásico de la ciencia ficción.
En 2008, Paramount parece que intentó sacar adelante un nuevo proyecto, con la idea de ser más fiel a la obra original y con el hijo de Herbert, Brian y Kevin Anderson como consejeros. Pero el proyecto no salió adelante.
Muchas veces he comentado con mi hermano mayor que si la película del 84 en vez de David Lynch la llega a hacer Spielberg, Lucas o el propio Ridley Scott, hubiera sido otra cosa. No me entendáis mal, la de Lynch es un clásico y tiene sus cosas positivas. Pero es tremendamente lenta, centrada en lo político y aunque me gusta reconozco que a veces se hace pesada. Algo que con la novela no me ocurre en ningún momento.
Y esto se mantuvo así hasta 2021, cuando Denis Villenueve estrenó la primera de una producción en dos partes. Con una maravilla de banda sonora de Hans Zimmer, la película fue un éxito inmediato de recaudación, estando nominada además a 10 oscars de los que se llevó 6.
Es una adaptación muy digna, más fiel al original que la de Lynch y con grandes aciertos, anque algún que otro pero que habrá que esperar a la segunda parte a ver si se soluciona. No hay que esperar mucho: se estrena mañana.
Y tú, ¿ya la has visto? ¿qué te ha parecido? ¿mejor o peor que la anterior? Déjanos tu comentario, que estoy deseando escucharlo.
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