¿La Tierra Media es plana?
Tolkien afirmó numerosas veces que el mundo de El Señor de los Anillos era nuestro propio mundo, la Tierra, en un pasado mítico.
En este sentido, no parece que haya nada en El Señor de los Anillos o en el Hobbit que explícitamente nos invite a pensar que su Tierra Media es plana, como por ejemplo sí ocurre en la Narnia de C.S. Lewis o en Mundo Disco de Terry Pratchet, ambos intencionadamente planos.
Hasta que uno reflexiona respecto al camino al Oeste de los Elfos y comienza a investigar y descubrir la ruta que hacen por el océano hasta las tierras imperecederas, hasta el fin del mundo, que llaman Camino Recto porque no se curva con la superficie del mundo.
¿Cómo?
¿Camino recto? ¿No se curva? ¿Qué ocurre aquí? ¿Qué saben realmente los elfos sobre la forma del mundo que los demás no saben? ¿Están confabulados los poderes de Rivendel, Lorien y Lindon para ocultar que la Tierra Media es plana? ¿Participan sociedades secretas como los Istari o el Concilio Blanco en este plan de dominación y engaño? ¿Los orcos son los buenos?
Pero, ¿y si te dijera que hay indicios en El Señor de los Anillos que podrían cambiar tu percepción del mundo de Tolkien?
Quédate con nosotros, Samsagaz y mantén tu mente abierta, porque nada es lo que parece y, ¡en este post te lo contamos!
Así que, primero, explicamos cómo es el mundo de Tolkien y cuál es su forma, ¿es plano? ¿es redondo? ¿tiene forma de anillo o de pan de lembas?
Después, analizamos por qué Tolkien decidió esta forma para su mundo y si estaba o no contento con ella.
Así que levanta las velas de Vingilot, Earendil, ten a mano el mapa de Thrain, no te fíes de los científicos del sistema, y vigila las runas de tu puerta, ¡porque empezamos!
Pero antes, no dudes en darle al like, suscribirte al canal, dejar un comentario explicando cómo crees tú que era la tierra media y compartir este post en todas las redes sociales con todas tus multicuentas. ¡Vamos, señor Frodo, no sea holgazán, que nos espera un largo viaje!
No hay que irse muy lejos ni rebuscar entre cartas o manuscritos, al principio del Hobbit hay una breve ‘Nota del autor’ que dice: “esta es una historia de hace mucho tiempo”. También, en el prólogo de El Señor de Los Anillos, Tolkien escribe respecto a los días antiguos, ya perdidos y olvidados, “aquellos días han quedado muy atrás y la conformación de las tierras ha cambiado mucho”.
Pero, por si queda alguna duda, nada como ver la propia opinión del Señor J en sus cartas publicadas en 1981. En la carta 165, el señor J afirma que la “Tierra Media no es el nombre de una tierra de nunca jamás sin relación con el mundo en que vivimos”; En la 183 dice “El mío no es un mundo imaginario, sino un momento histórico imaginario de la Tierra Media, que es el lugar donde vivimos”; en la 211, “¡Muchos críticos parecen suponer que la Tierra Media está situada en otro planeta!”, en la 294, se tomó hasta la molestia de explicar la relación geográfica entre la Tierra Media y Europa… Se nota que e s un tema que tenía interés en dejar claro.
En este sentido, no hay nada en El Señor de los Anillos o el Hobbit que llame la atención respecto a la forma del mundo, por lo que se puede dar por hecho que es redondo. Y en el Silmarillion, al principio todo OK cuando en el capítulo que cuenta la creación del mundo, llamado Ainulindalë, Ilúvatar, el dios de la mitología de Tolkien, les dice a los Ainur, algo así como sus ángeles, contemplad vuestra música y les enseña un nuevo Mundo que es un globo en el vacío.
Pero poco después, explica en otro capítulo, el Quenta Silmarillion, cómo los Valar, los principales Ainur que decidieron ir al mundo que vieron en la música para crearlo y habitarlo, se establecen en la Isla de Amaren. Se dice que esta isla estaba en el centro de la tierra, y que estaba iluminada por dos lámparas que había, una en cada extremo del mundo, y siempre era de día. Esto complica un mundo redondo.
Pero peor aún, en la historia de Númenor, que se cuenta en el capítulo llamado Akallabeth,se dice que los hombres que habitan esta isla tienen prohibido viajar al Oeste, para que no lleguen a Valinor, donde habitan ahora estos Valar. Entonces, lo intentan navegando hacia el este, desde el norte hasta el sur, pero no lo consiguen y se topa hasta las Puertas de la Mañana… a Fisterra pero al este, vamos.
Esto me llevó inmediatamente de nuevo a El Señor de los Anillos, y a los barcos blancos que construyen los elfos, salen de los puertos grises y viajan al Oeste para no volver más, porque cruzan las Grandes Aguas hasta las playas blancas, y más allá un país lejano y verde a la luz de un rápido amanecer… esto es, a las tierras imperecederas, al fin del mundo. A Fisterra, pero esta vez sí que por el Oeste.
¿Qué está pasando aquí?
A ver, para, Merry, no seas conspiranoico, y analicemos el problema desde el principio, desde lo más general hasta lo más concreto.
En la mitología de Tolkien, Eru Ilúvatar es la deidad suprema del universo, y origen a los Ainur, espíritus que surgieron a partir de sus propios pensamientos. Ilúvatar creó con ellos una canción, cuya esencia simbolizaba la narrativa de todo el universo. Así, se creó Eä, que significa “ser”, y es el propio universo. En su seno creó Arda, la Tierra, esférica y enclavada en el vacío cósmico. Este mundo se distinguió de Avakúma, el vacío exterior.
Así que, en primer lugar, la Tierra Media no es el mundo de Tolkien, sino solo una parte. En concreto, es el lugar donde transcurren los eventos de El Hobbit y de El Señor de los Anillos. Es por tanto una región de un continente que forma parte de Arda, que es el mundo, nuestra misma tierra hace muchos años. Arda es parte de Ea, el universo de la mitología de Tolkien, y su historia atraviesa diferentes etapas, que comienzan cuando algunos de los Ainur descienden a habitar Arda. Los más poderosos son llamados Valar y los de menor poder fueron conocidos como Maiar.
Todo lo que contaré ahora se describe principalmente en el Silmarillion, pero podemos encontrar también más detalles en Ambarkanta un capítulo de la formación de la tierra media, el cuarto volumen de la historia de la tierra media.
Arda es creada como un disco, de acuerdo con la cosmología de la tierra plana, con forma de plato. Los Valar le dieron forma y comienza a atravesar por varios periodos, conocidos como edades.
Tal y como lo concibe Tolkien en los esbozos que podemos encontrar en el Ambarkanta, en su origen, la gran masa de tierra que constituye gran parte de Arda recibe el nombre de Ámbar, la tierra. Los confines de Ámbar se denominan Númen y Rómen, Oeste y Este. La masa continental central de Ambar se llama aquí Pelmar y Ambarendya. Rodeados por Ear, los mares. El punto medio se llama Endor.
Sobre la tierra, aparece Vista, el aire inferior, con Aiwenore, la tierra de los pájaros, y por encima Fanyamar, la tierra de las nubes. Sobre Vista podemos ver Ilmen, el aire superior. Rodeando todo Ambar está Vaiya, los Mares Circundantes. Más allá de Vaiya sólo están Kúma y Ava-Kúma, el Vacío cercano y exterior. Separando a Vaiya de Kúma están los Ilurambar, los Muros del Mundo con la Puerta de la Noche en el Oeste. En la parte inferior del diagrama está escrito Ilu, uno de los primeros nombres del mundo de Arda.
En fin, Arda entonces era plana, como hemos visto antes. Que se viera esférica en lo que Ilúvatar enseña a los Ainur no es necesariamente una contradicción, porque aquello era una visión, y podría ser sencillamente una visión del futuro, no del presente… luego entenderéis a qué me refiero.
Arda, durante la primera edad, conocida como la de las lámparas o la primavera de Arda, por Las lámparas creadas por el vala Aule, señor de todas las artesanías. Llamadas Illuin y Ormal, se situaban a norte y sur del mundo y lo iluminaban.
En esta edad, las tierras estaban dispuestas de forma simétrica, con tres continentes. El del centro es la Tierra Media o Endor. Al norte y sur de la tierra media están las montañas grises. Al este, las montañas rojas y al oeste, las montañas azules. En el centro, el mar interior de Helcar y en su centro, la isla de Almaren, donde viven los Valar.
Esta edad termina con la destrucción de las lámparas por parte de Melkor, el primer señor oscuro y la marcha de los Valar al continente de Aman.
La segunda edad, es la de los árboles. El mundo deja de ser simétrico, por malvadas acciones de Melkor. Comienza con la creación de Laurelin y Telperion por parte de Yavanna., ayudada por las lágrimas de NiennaSon dos árboles, situados en Valinor, ciudad situada en Aman, el continente donde habitan ahora los Valar, al oeste de la tierra media. Melkor se establece en su fortaleza de Utumno en el norte, en las montañas de hierro y crea también las montañas nubladas.
En esta edad también es cuando nacen los elfos, en el extremo oriente de la tierra media. Varda recogió el rocío plateado de las tinas de Telperion y volvió las estrellas del cielo más brillantes, para que tuvieran luz y, además, creó nuevas estrellas y constelaciones como señales y las puso en el cielo. Es interesante porque Tolkien dice de Valacirca, una constelación, la Hoz de los valar, equivalente a la osa mayor, que Varda la puso a girar en el cielo, en línea con una tierra plana.
En el Ambarkanta, Tolkien muestra detalles de Arda en esta época. El aire de Vaiya rodea la tierra y el abismo de Ilmen separa la tierra de Vaiya. En el oeste está Valinor, con la ciudad de Valmar en el centro, Eruman en norte y Arvalin en el sur.
Valinor está separada de Pelmar o la Tierra Media por el Estrecho de Hielo en el sur y Helkarakse en el norte. En este continente central se puede observar Beleriand al noroeste, que es donde se llevan a cabo la mayoría de los acontecimientos que ocurren en la Tierra Media y son narrados en el Silmarillion. En el centro, al lado del mar de Helkar, está Kuivienen, que es donde se suponen que despertaron los elfos.
A lo largo de las regiones del norte se encuentran las Montañas de Hierro, excluyendo a Utumno, fortaleza de Melkor, del resto del mundo. Más tarde en esta edad lo dioses van a la guerra contra él, para que los elfos pudieran vivir en paz. Tras esta guerra, el mundo cambio significativamente, y comienza a ser más semejante a cómo lo será en el futuro.
Tolkien hace también un mapa que recoge este cambio. Ahora se puede ver Beleriand con más detalle, con la fortaleza de Angband y Thangorodrim al norte.Rodeando las tierras de Arda se encuentran los Mares Exteriores, que en otros mapas se señaka con el nombre de Vaiya. Aman se muestra de nuevo en el oeste y en sus regiones centrales se encuentran los Dos Árboles. En el norte, las tierras de Aman todavía están unidas a la Tierra Media por el Helkaraxe.
Esta edad termina cuando Melkor y Ungoliant, la madre de las arañas gigantes, envenenan los árboles de Valinor. La forma de Arda en esta edad sigue siendo plana, de acuerdo con los dibujos que Tolkien hace en el Ambarkanta, tanto antes como después de la guerra de los dioses.
La tercera edad es la del sol, y su vez se divide entre primera edad del sol, segunda edad del sol y tercera edad del sol. Los hechos de la primera y segunda edad del sol se narran en el Silmarillion y durante la tercera edad del sol, sucede El Hobbit y El Señor de los Anillos, que de hecho termina con el inicio de la cuarta edad del sol.
La primera edad del sol comienza con la creación del sol y la luna por parte de Varda, creados con la última flor de Telperion y el último fruto de Laurelin. Isil es la luna, Tilion era quien la gobernaba; y Anar el Sol, gobernado por Arien. Isil fue la primera luz que hicieron y la primera en levantarse en el reino de las estrellas.
Varda decidió que las representaciones del Sol (Anar) y la Luna (Isil) viajaran separadas por el cielo. Inicialmente, iban de Valinor hacia el este y regresaban, partiendo desde el oeste mientras la otra volvía desde el este. Sin embargo, Tilion, atraído por Arien, se quemaba con su luz. Debido a la inestabilidad de Tilion, Varda ajustó el plan. Anar descansó en Valinor, proporcionando luz y alegría durante el Atardecer, pero el Sol, arrastrado hacia abajo por siervos de Ulmo, evitaba la noche prolongada emergiendo rápidamente en el este. Varda también ordenó a la Luna seguir un patrón similar, pero Tilion continuaba con su paso incierto, oscureciendo el día al acercarse demasiado a Arien. Desde entonces, los Valar contaron los días según la llegada y partida de Anar, hasta el Cambio del Mundo, ya que Tilion rara vez se quedaba en Valinor, explorando tierras occidentales y sumergiéndose más allá del Mar Exterior.
Historia consistente, con una tierra plana.
Ocurren muchas cosas durante la primera edad del sol, pero son otra historia y debe ser contada en otra ocasión. Lo relevante ahora es saber que hay una gran guerra contra Melkor, llamada la guerra de la cólera, donde los valar derrotan finalmente a Melkor y lo destierran del mundo. El mundo cambia dramáticamente, y desaparece al menos todo Beleriand, en el oeste, lugar en el ocurren la mayoría de aventuras de esta edad, que es inundado por las aguas.
En la segunda edad del sol, los Valar regalan a los hombres que ayudaron en la guerra de la cólera con nuevas tierras: la isla de Elenna, en el Mar de Beleager, donde fundan el próspero reino de Númenor. La única condición que ponen los valar es no permitir que naveguen hacia el oeste más allá de las costas de su isla, como hemos comentado antes.
Y aquí llegan los cambios. Porque resulta que hasta este momento la tierra ha sido explícitamente plana, y en todas las historias que se cuentan hasta este momento, es así.
Vamos, que el mundo donde se desarrolla la serie de los anillos del poder debería ser plano, aunque sinceramente no me sorprendería que aquí sí decidiesen que tuviese forma de pan de lembas o de oreja de elfo, en fin, no quiero hablar, que me enfado.
Volviendo a la tierra plana, al final de la segunda edad, el rey Ar-Pharazon, que ya mencionamos en otra ocasión, decide incumplir su trato con los Valar y viajar al Oeste, creyendo que en Valinor obtendrá la inmortalidad, haciendo caso al mal consejo de Sauron.
Esto provoca la furia de los Valar, que apelan a Iluvatar. Este interviene y convierte el mundo en una esfera, retirando el continente de Aman más allá de esta y destruyendo Númenor.
Aman, por tanto, queda apartado “de los círculos del mundo”, siendo accesible tan sólo a través de la senda del camino recto, una ruta secreta que se desviaba de la curvatura de Arda a través del cielo y el espacio, un camino conocido y accesible únicamente para los Elfos, quienes sabían cómo navegarlo con sus embarcaciones.
En el Ambarkanta, Tolkien muestra como la tierra ahora es redonda.Las Antiguas Tierras del Arda plana ahora constituyen la mitad de Arda redonda, y las Nuevas Tierras forman la otra mitad. Valinor aparece dentro de Ilmen. Más allá de Ilmen, aún existe Vaiya y los vacíos más allá de ella. Al alejarse de la curvatura de la Tierra y entrar en Valinor dentro de Ilmen, se encuentra el Camino Recto.
Este cambio de una Tierra plana a una redonda y la desaparición de Númenor se convierte en el epicentro de la “leyenda de la Atlántida” de Tolkien. Vamos, que os acabo de destripar los anillos de poder. O no, igual cuenta como los numenoreanos invaden Valinor, qué se yo.
En fin, desde mi punto de vista, esta trama añade un toque mágico y misterioso a la creación del mundo de JRR. La retirada de Aman y la existencia del camino recto destilan un encanto especial, reservado para aquellos seres élficos capaces de explorar los secretos celestiales y cósmicos, un camino reservado sólo para elegidos. Es un giro encantador en la narrativa, fusionando la mitología con la ciencia ficción de una manera única y cautivadora.
Pero a Tolkien no le gustaba nada de nada. Volvemos a ello en un momento.
En fin, esta Atlántida tolkineana termina con la segunda edad del sol, y comienza la tercera donde Arda, y, por lo tanto, la Tierra Media, ahora ya es completamente redonda. Las primeras pruebas, en el propio Silmarillion, donde se cita “todos los caminos son curvos ahora” o que de los viajes en barco o la posición de las estrellas, los hombres podían deducir que el mundo se había hecho redondo.
En la carta 131, Tolkien afirma que el final catastrófico de Númenor no solo termina con la segunda edad, sino también con el mundo de la leyenda, que es plano y limitado. En la carta 154 cita directamente el paso de un mundo plano a un globo, no dejando ninguna duda por tanto del cambio.
De hecho, Tolkien hace mucho hincapié en ese paso del mundo mitológico, el de las viejas leyendas, el mundo arcaico plano y limitado, al mundo actual, ahora redondo y finito, como dice en la carta 131 o en la 151. Los hombres que intenten viajar ahora a Valinor, al Oeste, terminarán antes o después de nuevo en el Este, inevitablemente.
En la carta 154, Tolkien deja claro que Arda es, a partir de la tercera edad, redonda. Sin embargo, se percibe cierta duda de que antes fuera completamente plana. Señala plana o al menos con límites a su alrededor.
Esta duda es una señal de lo poquísimo que le gustaba esta dualidad de mundos, antes y después de la tercera edad. Nunca le convenció del todo hasta el punto de que comenzó a escribir una alternativa en la que Arda siempre fue redonda…
J.R.R. Tolkien inicialmente optó por representar la Tierra Media como plana en sus primeras concepciones, posiblemente reflejando la perspectiva histórica de que muchas culturas antiguas veían su mundo de esta manera. Inspirado en Beowulf, seguramente, y en la mitología Nórdica.
Esta elección además le permitía simbolizar la pérdida de inocencia en la narrativa, marcada por la separación de las Tierras Imperecederas y la Tierra Media.
Pero, desde el principio, esta idea no le convencía. En una conferencia en 1939 sobre cuentos de hadas, Tolkien expresó su insatisfacción con esta representación, considerándola “astronómicamente absurda”. Mientras escribía El Retorno del Rey desarrolló, por ejemplo, una versión de la Ainulindale donde el mundo era redondo. Esta versión fue completada más adelante también con un Akallabeth donde el mundo era también redondo.
Esta versión de la Akallabêth fue nombrada como “El Hundimiento de Anadûnê” y lo describía como la “versión de los hombres” para distinguirla de la versión élfica. Esta dualidad sería correspondiente a mitologías nórdicas, que mostraba una tierra plana a pesar de que sus habitantes, al menos los más educados, ya sabían que la tierra era redonda. En 1960 reaperece en varios borradores la mitología del mundo redondo, pero nunca pasó de la etapa de borrador y Christopher Tolkien se decantó por la otra versión, la del cambio, para el Silmarillion.
A medida que desarrollaba su mitología, el autor prefería la idea de una Tierra redonda, alineándose con una comprensión más realista y coherente desde el punto de vista astronómico. Aunque la elección inicial tenía motivaciones mitológicas y simbólicas, el autor, con su aprecio por la verosimilitud, reconsideró la estructura de su mundo para mantener una mayor coherencia interna.
Nunca sabremos, en todo caso, por qué versión se hubiera decantado nuestro autor de referencia. El rechazo a la publicación del Silmarillion permitió que nunca tuviera prisa por terminar aquellos relatos completamente, y Tolkien era muy consciente de que cualquier coma que tocase en cualquier historia provocaba un efecto cascada a todas las demás.
Y bueno, hemos llegado al final de un episodio más. Si te ha gustado, ya sabes, dale al like, suscríbete y comparte en todas tus redes sociales con todas tus multicuentas. Pero sobre todo, comenta. ¿Qué versión te gusta más, tierra plana, redonda, mixta o con forma de pan de lembas? Has estado casi 20 minutos viendo el vídeo, dejar el comentario no te va a llevar ni uno y así comenzamos discusiones dignas del poney pisador.
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