Rohan y los rohirrim

Rohan y los Rohirrim

Rohan y los Rohirrim, el reino de los jinetes

Rohan, el reino de los jinetes de la Tierra Media, que protagonizan una de las escenas más épicas de la historia de los libros y del cine de fantasía, es quizá uno de los pueblos también más desconocidos del mundo de Tolkien.

Pero tiene una historia muy interesante y por eso, en el post de hoy, primero veremos todo el pasado del pueblo de los Eorlingas, desde la primera edad. Después, nos centraremos en Rohan: la geografía, sus ciudades, principales localizaciones y su clima. Luego hablamos de su cultura, de los mearas y de cómo se organizaban política y militarme. Terminamos haciendo un repaso de la historia de Rohan a través de sus reyes.

Rohan y los Rohirrim

Los hombres del norte y el reino de Rhovanion

Los rohirrim descienden de una de las tres ramas de los primeros Edain, en concreto de la Casa de Hador.

Huyendo de las guerras contra Morgoth en la primera edad, algunos de estos hombres volvieron desde la zona de Estolad en Beleriand hasta Eriador. La historia de los ascendientes de los jinetes de la Marca se pierde, por tanto, y es desconocida hasta que llega la Tercera Edad.

Rohan y los Rohirrim

Recordad que todo Beleriand, la zona en azul en el mapa, caerá al final de la Primera Edad y quedará sumergida bajo las aguas.

Se cree que, al inicio de la Tercera Edad, durante la fundación del reino de Arnor, estos pueblos, dispersos por el Norte de Eriador y hacia las Montañas Nubladas, compartían cultura con los hombres de la zona del centro y este de Rhovanion. En diversas batallas fueron aliados de los hombres del Oeste y se fueron asentando, durante el segundo milenio de la Tercera Edad, azuzados por las guerras contra Angmar, en la zona norte del bosque negro, cerca de las estribaciones de las montañas nubladas.

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El primer gran reino conocido que forman estos pueblos es el Reino de Rhovanion, del que se sabe que fue un importante aliado de Gondor. Los reyes de Gondor del reino del sur solían firmar alianzas con los pueblos del norte, para que ayudaran en la defensa de las fronteras, y al menos desde la época de Rómendacil I, participaron en batallas contra la amenaza de los hombres del este.

Durante la Regencia de Minalcar, que llevará después el nombre de Rómendacil II, participaron con éxito en una batalla contra los Orientales y les fue concedido alto rango a los ejércitos de los hombres del norte, comenzando una relación más estrecha. Así, su hijo Valacar viajó como embajador a la corte del primer rey conocido de Rhovanion, Vidugavia, y se casó con la hija de este Vidumavi.

Pero esta unión no fue bien recibida por la alta nobleza sureña, que consideraba a los nórdicos como una raza inferior y temía que esta conexión manchara el linaje real de Gondor. Así, se desencadenó una rebelión, iniciando lo que se conoce como la Lucha entre Parientes, a mediados del siglo XV de la Tercera Edad.

Durante esta guerra civil en Gondor, el trono de Eldacar, hijo de Vidumavi y Valacar, fue usurpado por su primo Castamir, quien también era capitán de la Flota de Gondor. Eldacar se vio obligado a exiliarse a las tierras de su madre en Rhovanion. Desde allí, planeó su retorno a Gondor para reclamar su trono.

Cuando regresó, su único ejército eran los jinetes éothéod. Con ellos, marchó hacia Anórien y Lossarnach, enfrentándose en la batalla de los Cruces del Erui a las principales fuerzas de Castamir. En esta contienda, que marcó el primer enfrentamiento entre las fuerzas gondorianas y la caballería de choque nórdica, similar a la de Rohan, Gondor sufrió una contundente derrota. Eldacar mismo dio muerte a Castamir, el usurpador, en un duelo a espada en medio del conflicto.

El Reino de Rhovanion comenzó a decaer tras la Gran Peste del año 1636 de la T. E y llegó a su fin durante las Invasiones de los Aurigas, y tras la batalla de los Llanos y la batalla de Dagorlad. Su último rey, Marhwini, huyó hasta los Valles del Anduin, entre La Carroca y los Campos Gladios, constituyendo el reino de los Éothéods.

Los Éothéods

Tras la derrota del Rey Brujo en Angmar, en el 1975 de la Tercera Edad, y ante la presión de Dol Guldur en el sur del Bosque Negro, los Éotheods se desplazan al norte, al territorio entre los ríos Fuente Lejana y Río Gris, teniendo como límite al norte las Ered Mithrin, las montañas grises, al oeste las montañas nubladas y al este el río del Bosque Negro. Comandados por Frumgar, allí fundaron Framburgo, la capital del nuevo reino.

El hijo de Frumgar, llamado Fram, es conocido por matar al dragón Scatha de la Montañas Grises. Esto le reportó una gran riqueza, pero a cambio le costó la enemistad con los enanos. Fram no quiso compartir con ellos nada del tesoro del dragón, y cuando los enanos se lo reclamaron, el jinete les envío un collar que había hecho con los dientes de Scatha, señalándoles que “joyas como éstas no tenéis entre vuestros tesoros”. Se dice, aunque no está confirmado, que los enanos terminaron asesinándole por este insulto.  

En el año 2510 de la Tercera Edad, durante el gobierno de Cirion, Senescal de Gondor, un nuevo peligro acechó el Reino del Sur. Un ejército de hombres del este invade Rhovanion y cruza el Anduin hacia el sur. Al mismo tiempo, los orcos, en plenitud de fuerzas porque no habían comenzado aún sus guerras con los enanos, descienden de las montañas y entran en Calenardhon.

Cirion, desesperado, envió seis mensajeros al norte, para avisar a Eorl, en aquel momento rey de los Éothed. Era un viaje lleno de peligros puesto que tenían que pasar por territorio ahora dominado por el enemigo, y también cerca de Dol Guldur.

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De hecho, tan solo uno de ellos, llamado Borondir, consigue llevar su mensaje. Llegó a Framburgo exhausto y le entregó a Eorl el sello de los senescales y la petición de ayuda. Eorl respondió y reunió en menos de 10 días a unos 7 mil jinetes, comenzando así la Cabalgata de Eorl.

Eorl viajó hacia el sur por las orillas del río Anduin, sin encontrar resistencia: la mayoría de la posible huía ante la magnificiencia de su ejército y los hombres del este ya había cruzado al sur el Anduin con balsas de madera, destruido las fortalezas de Gondor y asediando en aquel momento Calenardhon.

Al llegar a Dol Guldur, Eorl pensó en desviarse hacia el oeste. Pero Galadriel, utilizando su anillo Narya desde Lorien, cubrió sus tropas con una niebla blanca. Aunque al principio esto asustó a los jinetes, al ver que sus caballos no tenían miedo ninguno y, es más, se sentían contentos, se fueron animando y el ejército avanzó durante tres días entre la niebla, como un viento fuerte pero silencioso.

Así llegó la batalla de los campos de Celebrant. Cirion había reunido un ejército que comandó hacia el norte, dejando a su hijo Hallas al mando de Minas Tirith. Fue rápidamente atacado al llegar al Páramo por los balchoth, los hombres del Este, y se retiró hacia el río Limclaro desde donde fue atacado por los orcos, y obligado a arriconarse en el Campo de Celebrant. El ejército de Gondor había perdido toda esperanza, y aislado por el ataque combinado de Balchoth, hombres del este, y los orcos, ya casi derrotado luchaba cerca del Anduin.

De repente, los jinetes de Eorl atacaron por sorpresa la retaguardia del ejército enemigo desde el norte, sembrando el pánico entre sus filas y obligándolas primero a retroceder hasta el río Limclaro y persiguiéndolas después por las llanuras de Calenardhon.

Como recompensa, Cirion cedió el territorio de Calenardhon, entre el Anden y el Isen, que estaba casi despoblado, a los Eothed de Eorl. Cirion condujo a Eorl hasta Halifirien, uno de los picos de las montañas blancas y allí sellaron, sobre la tumba de Elendil lo que se conocería como el juramento de Eorl, un pacto de amistad entre los jinetes y Gondor.

Los Eothed recogieron todo de sus antiguas tierras y se instalaron en Calenardhon, a la que llamaron desde entonces La Marca de los Jinetes, y se llamaron a sí mismos Eorlingas, en honor a Eorl, primer rey de la Marca. Este eligió como morada una colina verde al pie de las Montañas Blancas.

En Gondor llamaron a esta tierra Rohan, y a sus habitantes, rohirrim, los Señores de los caballos. Desde entonces, vivieron allí, manteniendo sus reyes y sus leyes y costumbres, pero en continua alianza con Gondor.

Rohan

Situado por tanto en la región central del noroeste de la Tierra Media, entre los ríos Anduin y el Isen y las montañas blancas, las Ered Nimrais, se encuentra el reino de Rohan. Esta área podría abarcar varios miles de kilómetros cuadrados, pero sin una cifra exacta proporcionada por Tolkien, queda en gran medida sujeta a interpretación y especulación. A finales de la tercera edad supone en torno a un tercio del Reino de Gondor.

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Rohan es una extensión de belleza natural que abarca principalmente vastas llanuras, con colinas onduladas, enmarcadas por ríos y montañas. Es un lugar de una serena y apacible belleza, aunque también de una majestuosidad imponente. En palabras de Tolkien, un mar de pastos.

Las praderas de Rohan se extienden sin fin, cubiertas por una alfombra verde salpicada de flores silvestres en la primavera. Las colinas suaves se elevan como olas con crestas suavemente curvadas, creando un paisaje ondulado que se extiende hasta donde alcanza la vista. Los ríos serpenteantes atraviesan la tierra, brindando vida a la vegetación circundante y proporcionando refugio para una variedad de vida silvestre.

En el horizonte, se pueden ver las montañas distantes, las Ered Nimrais, guardianes silenciosos de Rohan que proporcionan un telón de fondo impresionante para el paisaje, agregando una sensación de grandeza y majestuosidad a la tierra de los Rohirrim.

La Marca de los Jinetes se divide políticamente en tres áreas, cada una con su propia función militar y económica:

La primera es El Páramo, ubicado al norte del río Entaguas. Debido a su baja población, tiene poco peso económico o comercial. Las rutas hacia los valles altos del Anduin suelen estar bloqueadas, y el tráfico desde Rhovanion suele pasar por Anórien.

La  segunda, es el Folde Este, que abarca desde el sur del Entaguas hasta los pastizales del norte que se extienden hasta El Páramo. Desde Aldburgo, se supervisan las manadas y el tráfico de personas a través del río Mehring.

Finalmente, está Folde Oeste, que se extiende desde Fangorn hasta las montañas blancas y el Nevado.

Esta área alberga la mayor parte de la población de la Marca en sus valles, con las ciudades de Cuernavilla, en el Abismo de Helm, y Edoras, la capital del reino, al pie de las montañas blancas. Sobre una colina en Edoras se encuentra el castillo del rey, Meduseld o el castillo de oro, construido por el hijo de Eorl, Brego. Sobre Edoras está el Sagrario, un refugio sagrado para los rohirrim.

Isengard

Al sur de las montañas nubladas, bordeando con el nacimiento de río Isen, se encuentra la fortaleza de Isengard. Creada por los Númenóreanos durante la Segunda Edad, fue  fortificada para proteger la frontera norte de Gondor.

La fortaleza se encuentra dentro de un círculo de altas montañas llamado el Círculo de Isengard, con una única entrada a través de un gran muro y una puerta protegida. En el centro de Isengard se alza la Torre de Orthanc, una imponente torre de piedra negra, que ningún enemigo había conseguido dañar ni entrar en ella.

Durante la coronación del rey Fréaláf, Saruman apareció con regalos y halagos para los rohirrim. Con el permiso del Senescal de Gondor de aquel tiempo, puesto que Gondor consideraba todavía Isengard una fortaleza de su reino y no parte de Rohan, dejaron que el mago entrase en Isengard y de hecho le dieron las llaves de la torre de Orthanc.

Tanto el rey de Rohan, Fréaláf, como el Senescal de Gondor, Beren, estaban complacidos con esta situación, puesto que veían con buenos ojos que un amigo y aliado poderoso estuviese al cuidado de esta fortaleza.

Lo que no imaginaban es que Saruman buscaba la Piedra, la Palantir, que todavía estaba allí. Bajo el dominio de Saruman, Isengard se convirtió en un lugar oscuro y ominoso, donde se llevaron a cabo experimentos y fabricación de armas para servir a los propósitos del mago.

Durante la Guerra del Anillo, Isengard fue asediada y derrotada por las fuerzas de Rohan y el ejército de Ents de Fangorn. Isengard fue finalmente liberada y rehabilitada después de la caída de Saruman, convirtiéndose en una fortaleza de Rohan bajo el control del rey Théoden.

El Abismo de Helm

El Abismo de Helm es una fortaleza situada en el valle de Helm en la región de Rohan. Es una estructura natural formada por una garganta profunda y estrecha, rodeada por altos acantilados de piedra caliza.

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La fortaleza misma consiste en una gran torre y una muralla que se construyeron en el extremo de la garganta para cerrar el paso. Está tallada en la roca misma del valle y se considera prácticamente inexpugnable debido a su ubicación estratégica y sus imponentes defensas naturales.

Los acantilados se elevan verticalmente a ambos lados del abismo, con una estribación rocosa al noroeste.

Situado en una posición elevada, el abismo ofrece una vista estratégica del paso de Rohan sobre el valle del Folde Oeste y la llanura de Calenardhon. Los Númenóreanos construyeron Cuernavilla, una fortaleza imponente en la salida del desfiladero. Sus murallas y torre se alzan sobre el espolón noroeste, mientras que desde la ciudadela se bloquea el acceso al abismo hacia el sureste. Más al norte, se encuentra la empalizada de Helm, una barrera defensiva con parapetos y un foso, que se extiende entre las colinas que rodean el valle.

Antes de la creación del reino de Rohan, Gondor mantenía presencia permanente en la zona, conocida con el nombre de Aglarond. Los éorlingas por su parte, al llegar a la zona comienzan a utilizarlo como fuerte defensivo y último refugio, así como la sede del segundo mariscal de la Marca.

Helm Mano de Hierro, fue un rey legendario de Rohan, hombre de gran temple y fuerza, cuya determinación era tan fuerte como su mano.

Durante su reinado, un hombre llamado Freca, que afirmaba descender del Rey Fréawine pero cuya sangre también estaba mezclada con la de los Dunlendinos y tenía cabellos oscuros, había acumulado riquezas y tierras a lo largo del río Adorn. Construyó una fortaleza cerca de sus fuentes y menospreciaba al rey Helm, a pesar de las advertencias.

En un consejo real, Freca solicitó la mano de la hija de Helm para su hijo Wulf, pero el rey respondió con astucia, señalando la excesiva corpulencia de Freca. Enfurecido, Freca insultó al rey y profirió amenazas, pero Helm no se dejó amedrentar. Después del consejo, Helm invitó a Freca a resolver sus asuntos fuera de Edoras, lejos de la vista de testigos. En un enfrentamiento privado, Helm demostró su fuerza al dar un golpe que dejó inconsciente a Freca, quien luego falleció.

Helm declaró a los parientes de Freca como enemigos del rey, y estos huyeron ante la inminente represalia. Así, Helm aseguró la estabilidad de su reino y demostró que no toleraría desafíos a su autoridad.

Pero en el año 2758 de la tercera edad, Wulf el hijo de Freca, al mando de un ejército de dunledinos invadió el reino de Rohan, incluso se sentó en el trono en Meduseld y asedió lo que quedaba del ejército de los rohirrim junto a su rey Helm en el abismo durante todo un invierno, conocido como el largo invierno, donde Rohan quedó bajo la nieve más de cinco meses.

Hama, hijo de Helm, el rey de Rohan en aquel momento, muere al salir a buscar provisiones, lo que deja desesperado al monarca que ya había visto caer a otro hijo, Haleth, en Edoras.

Helm comenzó a hacer incursiones en solitario. Helm, vestido de blanco como un espíritu de las nieves, se aventuraba solo en los campamentos enemigos y causaba estragos entre sus filas, a menudo sin armas, confiando en su fuerza descomunal. La leyenda decía que ni las armas más afiladas podían herirlo y que incluso se alimentaba de hombres si no encontraba comida. Esta historia se difundió ampliamente en las Tierras Brunas, infundiendo temor entre sus habitantes.

Helm portaba un gran cuerno, y antes de partir a la batalla, lo hacía sonar, enviando su eco resonante por el Abismo. Este sonido atemorizaba tanto a los enemigos que en lugar de enfrentarse a él, preferían huir precipitadamente por el Valle.

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Una noche, el cuerno sonó como de costumbre, pero Helm no regresó. A la mañana siguiente, bañado por el sol después de días de oscuridad, se encontró su figura blanca aún de pie en la Empalizada, pero muerto como una estatua, sin haberse rendido ante la muerte. A pesar de su partida, los rumores decían que el eco del cuerno aún resonaba en el Abismo, y que el espectro de Helm continuaba sembrando el terror entre los enemigos de Rohan.

Desde entonces se conoce la zona como el abismo de Helm.

Poco después, Fréaláf, hijo de la hermana de Helm bajaría desde el Sagrario con una partida de hombres, sorprendiendo a Wulf el traidor en meduseld y dándole muerte, reconquistando así Edoras.

A finales de la Tercera Edad, Théodred, hijo del rey Théoden, ostenta el cargo de segundo mariscal y reside en el abismo de Helm, junto a Erkenbrand, señor del Folde Oeste. En febrero de 3019 TE, Théodred morirá durante el transcurso de la primera batalla de los vados del Isen.

Finalmente, a finales de la Tercera Edad se libró la Batalla del Abismo de Helm, una de las más épicas y significativas de la guerra del anillo. Durante esta batalla, la fortaleza fue sitiada por un ejército de Uruk-hai y dunledinos, comandados por Saruman, mientras que los defensores de Rohan, liderados por el rey Théoden y Aragorn, resistieron valientemente el asedio.

La batalla culminó con la llegada inesperada de Gandalf, el ataque sorpresa de los Rohirrim de Erkenbrand y la aparición de los ucornos, quienes rompieron el cerco y derrotaron a las fuerzas de Saruman.

Senderos de Los muertos

El sendero de los Muertos es un camino misterioso y temido que atraviesa las Montañas Blancas en la Tierra Media, en el reino de Rohan. Esta ruta serpentea a través de pasajes rocosos y angostos.

El nombre “Camino de los Muertos” se debe a las antiguas leyendas y supersticiones que lo rodean. Cuando llegan los rohirrim, son advertidos de no cruzar por estos senderos, pero Baldor, hijo del rey Brego, decidió aventurarse para conocer a los muertos y sus secretos y tesoros. Aragorn encontrará su cadáver siglos después, en la caverna, aferrado con los dedos a la puerta.

Hablamos de todo esto en un post anterior, así que me remito a él si os interesa ampliar.

El Clima de Rohan

El clima en Rohan es variado y está influenciado por su ubicación geográfica y su topografía. En general, Rohan experimenta un clima templado, con estaciones bien definidas que incluyen veranos cálidos e inviernos fríos.

Durante el verano, Rohan disfruta de días soleados y temperaturas moderadas a cálidas. Las praderas verdes florecen y se convierten en un mar de colores bajo el brillante sol del verano. Las temperaturas diurnas pueden ser bastante agradables, pero las noches suelen ser frescas debido a la falta de humedad en el aire.

En contraste, los inviernos en Rohan pueden ser crudos y nevados. Las temperaturas descienden considerablemente, y la tierra se cubre con un manto blanco de nieve. Los vientos fríos soplan desde las montañas, trayendo consigo condiciones invernales severas y ocasionalmente tormentas de nieve que pueden dificultar los viajes y las actividades al aire libre.

La primavera y el otoño actúan como transiciones entre el calor del verano y el frío del invierno. Durante la primavera, Rohan se despierta de su letargo invernal con el florecimiento de la vegetación y el retorno de la vida silvestre. El otoño trae consigo una paleta de colores mientras las hojas cambian y caen de los árboles, preparando el escenario para la llegada del invierno.

La cultura de Rohan: jinetes

Los rohirrim eran renombrados jinetes y criadores de caballos, y su ejército destacaba por su dominio en la caballería. Los caballos de Rohan eran célebres por su nobleza y velocidad, destacándose entre ellos los mearas, los más prestigiosos y veloces de toda la Tierra Media.

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Léod, el padre de Eorl, era un hábil domador de caballos salvajes en una época en la que abundaban en la región. Un día, capturó un potro blanco que resultó ser extraordinariamente fuerte, hermoso y rebelde. Sin embargo, cuando Léod intentó montarlo, el caballo lo arrojó violentamente contra una roca, causándole la muerte. Léod falleció a la temprana edad de cuarenta y dos años, dejando atrás a su joven hijo de dieciséis años, Eorl. De ahí su apodo de Eorl el joven.

Decidido a vengar la muerte de su padre, persiguió al caballo durante mucho tiempo hasta que finalmente lo encontró. Aunque sus compañeros creían que Eorl intentaría matar al caballo cuando estuviera lo suficientemente cerca, este tomó a todos por sorpresa al acercarse al animal y cambiar su nombre. El caballo, asombrado, se acercó a Eorl y aceptó su nuevo nombre, Felaróf.

Eorl y Felaróf formaron un vínculo único y poderoso. Eorl montaba a Felaróf sin necesidad de riendas ni brida, y juntos cabalgaron de regreso a su hogar. Este caballo extraordinario entendía el lenguaje humano pero solo permitía que Eorl lo montara. Eorl y Felaróf cabalgaron juntos en muchas aventuras, incluso hasta el Campo de Celebrant.

Se decía que los descendientes de Felaróf, conocidos como los mearas, eran caballos excepcionales que solo aceptaban la compañía del Rey de la Marca o de sus hijos, hasta la llegada de Sombragrís.

Según las leyendas, se decía que Felaróf era un regalo de Béma (el nombre del Valar Oromë para los Eldar), traído desde el Occidente más allá del mar.

Los Rohirrim

Los rohirrim se caracterizaban por ser altos, robustos, de tez clara y cabello rubio, con ojos mayormente azules o verdes. Acostumbraban llevar el cabello largo y trenzado. Poseían una naturaleza seria, firme y valiente en la batalla, pero también eran generosos y alegres en tiempos de paz.

En la Primera Edad, los rohirrim tuvieron contacto con los elfos y aprendieron de ellos. Veneraban a Oromë el Cazador, al que llamaban Béma.

En Gondor, consideraban a los rohirrim Hombres Medios, no tan instruidos y hábiles como los numenóreanos, aunque superiores a los Hombres de la Oscuridad.

Al final de la Tercera Edad, Rohan sigue un sistema sociopolítico similar al feudalismo de la Europa medieval temprana. Se organiza en torno a una nobleza de caballeros territoriales que actúan como vasallos del rey, administrando sus tierras en su nombre. Cada región, conocida como emnet, está sujeta a la autoridad de un mariscal, que desempeña un papel similar al de un virrey.

Las casas nobles mantienen una gran influencia como guardianes del orden. El acceso a la nobleza y al poder está altamente determinado por el nacimiento, con privilegios como representación en la Asamblea, conocida como Althing, la única instancia de representación del pueblo ante el rey.

El ejército de Rohan

Rohan y los Rohirrim

Los rohirrim eran renombrados jinetes y criadores de caballos, y su ejército destacaba por su dominio en la caballería, organizados en unidades conocidas como éoreds, estos jinetes formaban la columna vertebral de las fuerzas militares de Rohan. Si bien la mayoría de los hombres se unían al ejército solo en tiempos de conflicto, había un pequeño grupo de soldados profesionales que mantenían la preparación en todo momento.

Armados con lanzas, espadas largas y protegidos por escudos redondos, yelmos ligeros y cotas de malla, los rohirrim se distinguían por su habilidad en la guerra montada. En momentos de crisis, cualquier hombre capaz de empuñar un arma estaba obligado por el Juramento de Eorl a acudir en ayuda de Gondor, cuyas señales de socorro eran comunicadas mediante la flecha roja o el encendido de las almenaras sobre las Montañas Blancas en Anórien septentrional.

Los emnets o regiones eran dirigidos por comandantes llamados mariscales, quienes ejercían un control absoluto en representación del rey.

Los éored eran las unidades de caballería, que podía variar en número, alcanzaba hasta los 2000 jinetes durante la guerra, todos bien montados y equipados. Cada mariscal de la marca tenía su propio éored. Los demás éored estaban bajo el mando de capitanes.

Todos los éored formaban el Éoherë, el ejército de Rohan, liderado por el rey en persona, raramente se acuartelaba en su totalidad, excepto en tiempos de guerra.

Respecto a la infantería, era casi inexistente, limitándose sólo a guarniciones en fortalezas. Aunque no existían compañías de arqueros, algunos jinetes a caballo se desempeñaban excepcionalmente bien en esta tarea.

Además, los jinetes de la Marca también sabién combatir a pie, como demostraron en numerosas batallas.

Los reyes de Rohan

Rohan era una monarquía hereditaria de carácter vitalicio donde las mujeres no podían gobernar. En toda su historia tuvo 19 reyes en tres líneas o linajes.

Llegados a este punto del post, vamos a repasar la historia de Rohan a través de los reyes principales y sus hazañas.

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Primer Linaje

Ya hemos hablado de Eorl el joven, que da nombre a los eorlingas, primer rey de Rohan. Conservó su cabello rubio y la tez rosada hasta su muerte en el Páramo durante una batalla contra los hombres del Este. Allí se levantó el primer montículo y fue sepultado junto a su caballo Felarof.

Fue sucedido por Brego, que completó el palacio de Meduseld. Su hijo no volvió de los senderos de los muertos y Brego murió de pena un año después de su marcha.

Su segundo hijo, Aldor el Viejo, fue su sucesor. Llegó a una edad muy avanzada. Tuvo un gran reinado que permitió que los rohirrim crecieran y un periodo largo de paz que se extendió durante los siguientes tres reyes: Fréa, Frëawine y Goldwine.

Esta paz finalizó en tiempos de Déor, con nuevos ataques de dunledinos que cruzaron el Isen y ocuparon el círculo de Isengard. Fue sucedido por Gram, que fue el padre de Helm mano de hierro, del que ya hemos hablado. Sus hijos murieron y con él finalizó la primera dinastía.

Segundo Linaje

Fréaláf Hildeson fue el primer rey del segundo linajes, en sus tiempos Isengard fue ocupada por Saruman.

Su sucesor, Brytta, fue llamado Léofa por el pueblo, porque era muy generoso y todos le amaban. Libró muchas batallas con los orcos y a su muerte se pensaba que no quedaban orcos ya en las montañas blancas, pero no fue así.

Walda, su hijo, reinó sólo nueve años. Murió en una emboscada de los orcos y fue sucedido por Folca, un gran cazador. Hizo juramento de no cazar bestias hasta no acabar con el último reducto de los orcos. Cuando lo hizo, salió a cazar el gran jabalí Everholt, lo consiguió pero fue herido en la cacería y murió poco después. Su hijo Folcwine heredó el trono y ganó grandes batallas, expulsando a los dunledinos de la frontera occidental.

Dos de sus hijos, Folcred y Fastred, que eran gemelos, murieron en la batalla de Ithilien apoyando a Gondor del ataque de los Haradrim.

Heredó por tanto el trono su cuarto hijo, Fengel., del que no se guarda buen recuerdo.

Thengel, su hijo, heredó el trono y fue padre, entre otros hijos, de Théoden y de Théodwyn, madre de Eomer.

El reinado de Théoden fue declinando debido al hechizo de Saruman. Pero Gandalf en el último año de su vida lo curó y lideró a sus hombres hacia la victoria en la batalla del Abismo de Helm, y poco después en una de las batallas más épicas de la guerra del Anillo: la batalla de los Campos de Pelennor, la más grande de esa Edad.

La batalla de los Campos de Pelennor

La sombra de Mordor se cernía sobre Minas Tirith, la última fortaleza de Gondor. Tras la caída de Osgiliath, un enorme ejército de orcos, trolls y hombres del sur, capitaneado por los nazgul, asediaba la ciudad blanca y la situación era desesparada.

Rohan y los Rohirrim

Los hombres de Rohan, los valientes Rohirrim, llegaron a los Campos de Pelennor en un momento crucial, cuando la esperanza parecía desvanecerse en la oscuridad de la guerra contra las huestes de Sauron.

Desde las tierras de Rohan, en el norte, partieron los jinetes, montados en sus caballos, preparados para el combate, con el Rey Théoden a la cabeza, lideraron una marcha decidida hacia Minas Tirith.

Al llegar a los Campos de Pelennor, encontraron un paisaje desolador, con las huestes de Sauron extendiéndose como una sombra sobre la tierra. Sin embargo, los Rohirrim no vacilaron.

Quizá uno de los momentos más épicos de la historia del cine de fantasía, en la película:

Caerán las lanzas, se quebrarán los escudos, aún restará la espada, rojo será el día hasta el nacer del sol.

Con un grito de guerra, cargaron valientemente hacia el enemigo, dispuestos a luchar hasta el último aliento por la libertad y la supervivencia de su pueblo y de sus aliados de Gondor.

Théoden cayó en la batalla, después de que su caballo Crinblanca cayera encima de él al ser atravesado por una flecha. En aquella batalla, su sobrina Eowyn se enfrentaría al Rey Brujo de Angmar, pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Tercer linaje

Théoden fue el último rey de su linaje, el segundo de Rohan, y fue sucedido por Éomer, ya en la cuarta edad.

Tras la coronación del rey Elessar, con quien reafirmó el antiguo vínculo de amistad y colaboración, encontró el amor en Lothíriel, la hija del príncipe Imrahil de Dol Amroth.

Su reinado perduraría por un período de 65 años, solo superado por el de Aldor el Viejo. Durante su gobierno, reavivó la actividad ganadera y el comercio y las llanuras del Páramo Norte volvieron a ser pobladas por manadas de caballos. Fue sucedido por su hijo Elfwine.

Conclusión

En resumen, la historia de Rohan es una saga épica que abarca desde sus humildes orígenes como los Éothéods hasta su establecimiento como el reino de Rohan, la Marca de los Jinetes. A lo largo de los siglos, los rohirrim han demostrado su valentía y habilidad en la batalla, especialmente a caballo, y han forjado una estrecha alianza con Gondor. Su cultura, arraigada en la tradición y la caballería, ha dejado una marca indeleble en la historia de la Tierra Media. Rohan, con sus vastas llanuras y majestuosas montañas, sigue siendo un símbolo de nobleza y coraje en un mundo lleno de peligros y adversidades.

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