Matando a Superman

¿Qué cuál es la mejor forma de empezar un blog de superhéroes? Sin duda, matando al más famoso.

Primer post. Nervios del primer directo, miedo al folio en blanco, incertidumbre y síndrome del impostor. Y Superman. Ganas de matar aumentando.

Teniendo en cuenta el fuerte crecimiento de la población desde los 60 hasta hoy y aplicando un poco de margen de error, pero volviendo después a los números redondos, este planeta ha debido ver cómo nacían más o menos unos 100 mil millones de humanos. Como estrellas hay en la vía láctea, give or take.

Supongo que esto desmitifica un poco esa afirmación fake de que hay más humanos hoy en día que todos los que ha habido en la historia.

Eso sí, del mismo modo que la Pachamama ha visto nacer 100 mil millones de personas, las ha visto o verá morir. Las ganas de matar se desvanecen. Desvanecen. Desvanecen. Aumentan.

Podemos hacer un cálculo similar con los superhéroes. Si tenemos en cuenta que probablemente, el concepto de superhéroe es tan antiguo como el del hombre nos remontamos de nuevo un millón de años atrás (a lo mejor no se llamaban Superman o Batman, pero Hércules o Thor son tan superhéroes que la propia Marvel decidió llevarlos a su universo).

La población superheróica, eso sí, sólo representa un pequeño porcentaje respecto al resto de pobres humanos sin poderes. Según Chat-GPT (sí, si quiero matar superhéroes necesito un villano), menos de un 1%, si tomamos como referencia el universo Marvel.

Lo anterior implica que se deben haber muerto o matado en torno a mil millones de superhéroes. Y de todos ellos, con un nivel de confianza del 100%, podría asegurar que al que más ha molado matar ha sido a Superman.

Si matas a un superhéroe, hay que elegirlo bien.

Matando a Superman

Y mira que les costó. Por mucho que Siegel y Shuster (creadores del de azul y rojo) fantasearan con el tema, no fue hasta enero de 1993 cuando Jurgens et al se atrevieron a oficializar, 55 años después de su nacimiento, la muerte del superhéroe más famoso.

Porque las ganas de matar a Kal-El empezaron muy temprano. De hecho, ya en el número 21 de Superman, de marzo de 1943, tiene lugar la primera historia sobre el tema. Nuestro héroe finge su propia muerte a manos de un ladrón para poder capturar a un villano.

Lo más interesante es cómo se plantea el efecto de su muerte entre sus allegados. Cómo afecta a Lois, por ejemplo, o a otras personas que se han cruzado con él. Por lo demás, muy de la época: inocente, con buenos muy buenos y muy listos y con malos muy malos y muy tontos.

Siegel y Shuster, que BTW si llegan a saber el lío que tendrían con el tema de los derechos del personaje, etc. seguro que lo hubieran matado y rematado antes, no tardaron en plantear la siguiente muerte del superhéroe. Sin ir más lejos, en 1947, lo intentaron de nuevo: Superman fingía otra vez su propia muerte para capturar a un villano.

Esto de simular su muerte lo repite varias veces. Por ejemplo, en los 50 con unos piratas y, casi en los 60, es Clark Kent el que aparenta su muerte.

En 1961, en Superman 149, el de Krypton parece morir por culpa de una intoxicación de Kryptonita. Muy poco después, en el número 156, a punto está de caer otra vez nuestro héroe, y el cómic se centra en el duelo que hace el mundo.

Pero, en fin, no intento ser tampoco demasiado exhaustivo (¿me falta alguna referencia? ¡ponlo en los comentarios!), sino que mi idea es utilizar todo lo anterior para llevar el tema hasta lo que quiero contar, que no es sino su muerte más famosa, por un lado, y la que debería haber sido su muerte, por otro.

De hecho, quitando Crisis, hasta los 90 no se le volverá a intentar matar, que yo sepa (insisto, apadrina un friki y usa los comentarios). Pero cuando lo hacen, lo hacen a lo grande.

Aunque siendo sinceros, el de los calzones sobre los pantalones venía estando bastante enfermo por culpa de años de bajas ventas y, por qué no decirlo, por las historias anodinas, enrevesadas y repetitivas en las que estaba instalado el personaje (y prácticamente todos los personajes de cómic en aquella época, normal que matasen a tantos, ya iremos hablando de ello, todavía nos acabamos de conocer, lo dejamos para la tercera o cuarta cita).

La muerte de Superman

La muerte de Superman fue un auténtico fenómeno pop del momento. Recuerdo perfectamente ver cómo la noticia abría un telediario. Cosa que no me afectó demasiado.

Y eso que justo estaba en la lectura de una de las tramas anteriores a dicha muerte, con Superman viajando por el tiempo y luchando contra dinosaurios. Que por otro lado era lo que de verdad me interesaba entonces. Ya hablaremos de los cómics de Jurassic Park.

En fin, el desenlace, Superman 75, fue, de lejos, el cómic más vendido de 1992.

Toda la trama principal de la muerte de Superman envuelve: Superman: El hombre de acero 17-19, Superman 73-75, Aventuras de Superman 496-497, Action Comics 683-684 y Liga de la Justicia 69, y participan, entre otros Jurgens, Ordway, Simonson, Stern, Grummett, Bogdanove y Guice.

Hay bastante división respecto a la calidad del cómic, pero yo lo tengo muy claro: no hay por donde cogerlo. La historia consiste, básicamente, en que aparece un villano supermalo y superchungo que se lleva todo por delante, entre otras cosas, a Superman. Sin sentido, sin explicar de dónde sale, sin entender sus intenciones.

Luego está la continuación, Funeral por un amigo, que incluiría Aventuras de Superman 498-499, Action Comics 685-686, El hombre de acero 20-21 y Superman 76. Pero, seamos sinceros, tampoco arregla mucho.

Y después, cuando lo resucitan… pues qué os voy a decir. Me parece que se vuelve a lo de antes: temas anodinos, enrevesados, repetitivos. De hecho, desde mi punto de vista, Superman no resucita realmente hasta Action Comics 750. Pero eso es otra historia y deber ser contada en otra ocasión.

La que debió ser la muerte de Superman

Es que si vas a matar a Superman, tienes que hacerlo bien. Pero bien de verdad, con elegancia, con clase. Y no de forma precipitada por culpa de que va a salir una serie que se carga la continuidad de tu comic y tienes algún tipo de TOC que te impide separar la realidad de tus comics de la realidad de tus series.

Ah, ¿que no sabías esto? Pues sí, una de mis series favoritas, Lois y Clark, tuvo como víctima colateral al propio Superman. En un principio, el número 75 de Superman estaba reservado para contar la boda de Lois y Clark. Pero como salió la serie, centrada en la vida conjunta de ambos, en el cómic se adelantó la boda y claro, ¿qué podían hacer para el 75 entonces? O lo casamos, o lo matamos. Y ya está casada, así que… ganas de matar aumentando.

Lo dicho, si matas a Superman tienes que hacerlo bien. De hecho, estaba en marcha un proyecto de Gaiman (sí, ¡de Gaiman!) que proponía un tema similar (fuera de continuidad, eso sí) y fue cancelado. Para qué lo va a matar Gaiman si lo puede matar un ser casi todo poderoso inexplicable que aparece de la nada con unas ganas de liarse a tortas y matar pequeños pajaritos (literalmente, ocurre eso en el comic, Doomsday sin ningún motivo se carga un pobre pajarillo que va a piar a su mano) también inexplicables.

Y para otra contamos, por ejemplo, cuando es He-Man el que acaba con el que no es ni un pájaro ni un avión.

En resumen: que si matas a Superman, hay que hacerlo bien. Con elegancia.

Y esto no pasa hasta Superman All Star. Vaya cómic Superman All Star, menuda diferencia. Qué maravilla.

Superman All Star son 12 fantásticos números redactados con absoluta elegancia (y, por qué no decirlo, con un poco de la locura que le caracteriza) por Morrison y dibujados con cariño por Quitely (que también se marca otro trabajazo en Jupiter´s Legacy, qué bien se le da a este tío matar Superhéroes superpoderosos).

Morrison no se centra tanto en los motivos de la muerte como en su proceso. De hecho, en la primera viñeta se explica por qué Superman va a morirse. El resto de la serie nos cuenta cómo lo afronta el héroe, su familia, sus amigos y sus enemigos. Es un discurso precioso de aceptación, plagado de detalles interesantes y bien hilados, y guiños como que el propio Superman inspire a Siegel y a Suster a crearlo.

Ay, si dejásemos siempre a los grandes guionistas el trabajo de matar a los grandes superhéroes. Nos evitaríamos, por ejemplo, personajes tan absolutamente prescindibles como Doomsday, que no me causa ni siquiera manía.

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Pero, ¿cuántas veces han matado a Superman?

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— Fronteras de Fantasia (@FdF_Blog) June 2, 2023

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